Déjame contarte por qué el COACHING es un proceso que deberíamos realizar todos, al menos una vez en la vida.
Sin miedo a responder, ¿Conoces a alguien que está atravesando por ellas?
- Sentir frustración o impotencia al ver que trabajas para conseguir resultados exitosos que nunca alcanzas.
- Detectar situaciones conflictivas que no te llevan a obtener buenos frutos.
- Estar en estado de desborde emocional, actuar en automático o quedar paralizado porque no sabes cómo abordar algo problemático.
- Notar que las actividades que eran placenteras, se han convertido en tediosas y desagradables.
- Dificultad para conectar o comunicarte con otros de manera amable y amigable.
- Sentir un techo de cristal que no te permite llegar al siguiente nivel
Si resuenan contigo, es un buen momento para contratar sesiones de COACHING.
¿Cómo elegir un buen COACH?
Un buen COACH no es un especialista que buscará la manera de convencerte para que lo contrates.
Si asistes a una sesión de COACHING por primera vez y sientes que te está empujando a hacer algo, no es el COACH adecuado.
Recuerda que al COACH le contarás cuestiones muy personales y profundas. Debes sentirte a gusto, seguro y en confianza.
Tienes que saber que hay un estado de confidencialidad y de no – prejuicios, para poder poner en palabras tu propio pensamiento, tus emociones, tus ideas más profundas.
El COACH será tu espejo, tú mismo podrás ver si aquello que no puedes lograr tiene que ver con ideas o emociones limitantes que repites sin pensar.
¿Cuál es el objetivo de un COACH?
Nuestra misión es aportar técnicas y herramientas que permitan reflejar las interpretaciones que haces de tu realidad.
Estas interpretaciones están condicionadas por las ideas, emociones y convicciones que has aprendido en tu vida como lo “bueno” y lo “malo” y, por ende, de tus acciones disponibles en base a esas ideas, emociones y convicciones
Te comparto un ejemplo práctico.
En Argentina hay una frase popular que dice así: “El que se quema con leche, ve la vaca y llora”.
Traducido, significa que cuando te quemas con leche, tu cerebro guarda la experiencia como mala, incluso hasta traumática.
Cada vez que veas una vaca, tu cerebro la asociará a esa experiencia negativa que te genera una acción: de repulsión, llanto, querer alejarte, etc.
Este ejemplo práctico de cómo se asocian interpretaciones que generan acciones o conductas en la gente, aplica a todos los ejemplos que puedas imaginar.
Todo aquello experimentado como miedo, inseguridad, sensación de ahogo, agresión va a hacer que reacciones a la defensiva. De alguna manera, se “tiñe” tu realidad.
¿Qué debo alcanzar con el proceso de COACHING?
Siguiendo con el tema anterior, ¿Qué pasa si aquello que tu cerebro interpreta como un ataque, en realidad no lo es?
Quiero compartir contigo otro ejemplo de la vida real, para que sea más simple de entender cómo a veces las interpretaciones, nos juegan en contra.
Mientras cursaba en la facultad, fuimos al aula magna a una clase especial.
El docente estaba haciendo una exposición y en la recorrida visual de la audiencia, se detenía en mi amigo Diego.
En un momento, detiene la clase y dice: “Disculpe, pero ¿Qué le causa tanta gracia? ¿Por qué hace esos gestos con la boca? ¿Qué le parece tan divertido?”
Seguramente te rías con la respuesta de Diego.
Aunque era muy tímido y se sentía expuesto en medio de la clase, junto coraje y dijo: “Profesor no me estoy burlando. Tengo un tic nervioso que me hace abrir la boca y el que no lo sabe, puede pensar que me estoy riendo”.
Moraleja: el profesor se estaba guiando por una interpretación, un prejuicio y actuó a la defensiva, imaginando que Diego se burlaba de él.
Permíteme sugerirte algo importante, no asumas que las cosas son como crees.
“Las cosas son como somos, no como son”.
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Puedes equivocarte al igual que mi profesor en la clase. Algunos errores no son tan fáciles de enmendar.
¿Qué determina el número de sesiones a realizar en el COACHING?
Existe una cantidad estipulada para trabajar cada tema: entre 3 a 4 sesiones.
Una vez que se hayan completado esas sesiones, se recomienda continuar el proceso.
Esto es porque cuando comienzas empiezas por una parte, pero para conseguir tus objetivos finales tienes que revisar el resto.
Es como si creyeras que la punta del iceberg que está delante de tus ojos es todo. Se trabaja un objetivo por vez.
Para que cuentes con herramientas y puedas cambiar tu interpretación. Transformar en positivo aquello percibido como negativo.
Encontrarás en este video más detalles sobre estos temas: