«Soy una mujer líder, poderosa, mágica y audaz»
Leila Fittipaldi
Si vamos a las bios tradicionales, ahí te va! (Bueno ni tanto, no soy tradicional, si no me conoces, ya me conocerás). Soy Leila Fittipaldi. y te preguntarás que historia hay tras de mí, qué hay detrás de la coach. Cómo llegó a ser lo que es hoy.
Nací en 1983, según algunos autores soy millenial y para otros no, estoy ahí como en el borde. Lo cierto es que conocí el tv blanco y negro, en mi época de niña pocos tenían teléfono fijo. Recién como a mis 12 o 13 años descubrí que eran los celulares (y a mis 16 ya tenía mi primer celular ?).
Hija de mamá soltera, con abuela tóxica, fui la primera niña de toda la familia, primera hija, primer nieta, primera sobrina. La pasé muy bien de niña, había carencias, pero yo no era consciente de ello.
Mi mamá ejemplo de trabajo y resiliencia, siempre trabajó por su cuenta, crecí entre máquinas de coser, telas, hilos y prendas… (ahora que lo pienso, estaría entendiendo desde donde es que como mujer no me guste comprar ropa, siempre me la hacía mamá).
Desde pequeña siempre fui de destacar, llamar la atención, comunicar, ya sabía que lo mío era estar frente a mucha gente. Era de las que leía o actuaba en todos los actos, siempre estaba dispuesta a hablar en público. Leila Fittipaldi empezaba a saber que un micrófono era su futuro.
Pasamos varias etapas, mi mamá se casó cuando yo tenía 5 años. Nos mudamos de casa, a los dos años nos fuimos a otra donde pasé la mejor etapa de mi infancia.
Tiempo después todo se desmoronó en la Argentina. No había trabajo, todo se debía y pasamos de vivir en una casa, donde tenía mi habitación, mis juguetes, animales, a pasar a un departamento. Poco después a volver a casa de mi abuela. Perdí mi barrio, amigas, mi habitación, mis animales todo. Venía mi primer hermano en camino, el que había deseado tanto y que llegaba en el peor momento.
Nos mudamos a un departamento pequeño de sólo una habitación, donde me tocaba dormir en el living. No tardamos mucho en renunciar al departamento e ir a vivir a lo de mi abuela. Poco después llega mi segundo hermano, yo ya tenía 11 años.
Ya entrada a la adolescencia y con todo este contexto no te cuento el caos que tenía en mi cabeza. Llegaron mis 14 y me empezó a picar la duda de mi papá, quien era, dónde estaba. Lo conocí, empecé una relación con él, entre muchos pormenores. El sueño, en ese momento, era mi fiesta de 15. Mi mamá luchando por mantenernos a todos, ya estaba separada, manteniendo a 3 niños y a mi abuela. Mi papá dijo que no iba a pagar 15 años con dinero.
Vaya desilusión, pero también fue mi primer hazaña. Con mis 15 ya cumplidos, pero mi sueño intacto comencé a trabajar. 6 meses después de mi cumpleaños hice mi fiesta de 15 pagada por mí.
Mi segunda hazaña fue con 18 años. El 20 de diciembre del 2001, lo puedes googlear, fue una de las fechas más difíciles de la República Argentina. Ese día con todo el país ardiendo, yo conseguía trabajo, ese día supe que nunca en mi vida me faltaría trabajo. No era un gran trabajo, era para ser camarera de delivery, pero en esa época todo era un lujo. Y no queda ahí sino que el 2 de enero me llaman de otro trabajo, mejorandome el sueldo del restaurante.
Cómo verás, nada ha sido sencillo, pero desde pequeña me las fui arreglando para superarme y superar los obstáculos. Leila Fittipaldi no iba a pasar hambre nunca, me lo había prometido.
Un par de años después conocí la capital de mi país: Buenos Aires. Me enamoré perdidamente de esa ciudad increíble, yo digo que soy marplatense, pero tengo porteño el corazón, me fui a un recital de Ismael Serrano, me fui por 4 días y volví diciendo que quería vivir allí.
En ese momento mi mamá me dijo: «Sabes lo que necesitas para irte a vivir a Buenos Aires??, ¿cuánto? dije yo- y.. por lo menos necesitas 3000 dólares (en ese momento ganaba aproximadamente unos 300 a 400 dlls mensuales) Ok dije, corría abril del 2003, el 27 de febrero de 2004 estaba en Buenos Aires con 3200 dlls. Cómo que me llamaba Leila Fittipaldi.
Para lograrlo que hice? tuve hasta 3 trabajos, navidad trabajé 35hs seguidas, ya nada me detendría. Me fui a Baires (manera coloquial de decirle a Buenos Aires) y estuve un poquito de vacaciones, luego pasé por varios trabajos. Quise estudiar locución y no entré el 1er año, se postulaban 3000 personas y sólo entraban 60. Me volví a presentar al año siguiente, volví a rebotar, dije me voy a una escuela privada, pasé por dos y las dos desastrosas.
Llegué a mitad de 2005 y dije ya está, estoy hace 4 años queriendo hacer esta carrera y todo parece estar en contra. Cuánto puedo ganar como locutora?? 1500 pesos?? si bien era el triple de lo que ganaba en ese momento, sabía que eso no me iba a dar la vida que quería. Dije ya lo haré como hobbie en algún otro momento. Como que me llamaba Leila Fittipaldi que no quería ser una empleada.
Buenos Aires me mostró que otra vida era posible. Mamá desde chica siempre nos dijo que seamos independientes que no tengamos un jefe. En su taller de costura, trabajaba desde las 6 de la mañana a las 8 o 9 de la noche y nunca había dinero. Entonces yo no quería ese modelo, pero tampoco me iba tan bien teniendo jefes. Ambas creencias se chocaban pero no lograba entender el punto.
No me acuerdo exactamente. Esa semana, o ese mes, encuentro un grupo de gente que jugaban a un juego llamado cashflow. El juego de la libertad financiera, wowww ese concepto me voló la cabeza. Después de jugar me cuentan que hay un libro llamado padre rico, padre pobre, del mismo autor del libro. Compré el libro ese mismo día y recuerdo que lo leí en 2 días, mi cabeza explotaba, era la respuesta a la vida que quería.
Kiyosaki se convirtió por un buen tiempo en una especie de religión, hasta que topé con la realidad… como carajo materializar todo eso????
Dinero no tenía, créditos para bienes raíces en Argentina no había, yo era una simple camarera, heredar no iba a ser una opción… ¿qué carajos hago???? bueno para no hacerte el cuento largo, me llaman de un instituto en el que había trabajado. Querían abrir una sucursal en Mar del Plata. Querían que yo la dirija, si bien me causó mucho conflicto interno porque no quería irme de Baires, era la oportunidad de capitalizarme.
Volví a Mar del Plata por la puerta grande. Con 24 años coordinadora del instituto de computación más importante de la Argentina. Leila Fittipaldi en lo alto!. Me sentía Cleopatra y terminé siendo la esclava, trabajaba 14hs por día. Con la edad que tenía muchos no me respetaban y querían mi puesto, las ganancias prometidas no llegaron nunca y no tenía vida. Diciembre salí de vacaciones y ya no volví.
Dije yaaa! nunca más jefe y quise emprender en el multinivel, pasé por algunas empresas y no daba con la clave tampoco, Kiyosaki me seguía fallando. Comencé como externa de varios medios conocidos a vender publicidad. Me caminaba toda la ciudad y tenía la sensación de ser libre. En diciembre del 2008 me atropella un auto, nada grave, pero caí al asfalto con la rodilla izquierda. Los productos del multinivel se ve que eran buenos porque no me quebré. La bolsa de líquido de la articulación no me dejó caminar por un buen tiempo.
Ese año fue uno de los peores de mi vida. Vivía en un monoambiente interno y cada dos por tres estaba sin luz, sin gas, me atrasaba con el alquiler. Aquel accidente, cumplía mi peor pesadilla. Volver a la casa de mi abuela, escuchar las peleas de mi mamá con ella, mis hermanos en preadolescencia. La casa que era pequeña, pero que iba a hacer, con la pata rota, sin poder salir a trabajar, no había muchas opciones.
Ese año pese a todo lo que había aprendido, los cursos que había ido, los libros leídos. Recuerdo que esa época, cuando vivía sola, leía de 3 a 4 libros por mes, el 10% de mi sueldo era para libros. Pero en ese momento era como si no hubiera sabido nunca de nada. Me volví a caer, me sentía fracasada, inútil, siendo un peso, cuando en casa yo siempre había sido una ayuda.
Le ayudaba un poco a mamá, en el taller, pero detestaba el taller. Soy lo menos manualidosa que existe y mi mamá la mejor costurera de la ciudad, por ser impecable con sus manos. No era buena combinación y el estrés de la casa tampoco ayudaba. La única alegría de ese año fue que llegó Ángel a la vida de mamá. Tal como su nombre es un ángel para ella, para mí y para mis hermanos.
En ese momento conocí a quien sería mi marido tiempo después, que tipo de persona crees que pude atraer en ese estado? Obviamente alguien en la misma vibración de la que yo estaba. Me despertó una opción que no había contemplado, la carrera de Martillero y corredor público. Él tenía una inmobiliaria y me comenta que se abre la carrera de manera estatal en la facultad de derecho. Era mi oportunidad de entrar a los bienes raíces.
Fuimos y volvimos y nos pusimos de novios a ppio de 2010. En junio fallece mi abuela, yo dormía con ella en la misma habitación. Me daba miedo estar ahí, por lo que cada vez pasaba más tiempo en casa de mi ex. En octubre nos comprometimos. Cuando lo conocí él estaba inmerso en una deuda bastante grande, la inmobiliaria pasaba por una crisis. Sí, otra más, es que en Argentina todos los años impares son de crisis y los pares…. también!
Al cabo de un año empezamos a trabajar juntos también. Empezamos a crecer a nivel económico como nunca antes. A medida que el dinero crecía, su control sobre mí también, y para que alguien haga, otro tiene que dejar hacer. Yo no me quería dar cuenta de lo que estaba avanzando. De a poco me fui quedando sin amigos varones primero, luego con dos o tres amigas nada más. De a poco me iba alejando de todos y el único entorno que tenía era el de él.
Si seguía estudiando ya que era necesario para nuestro crecimiento económico. Era ambiguo, porque por un lado quería que me recibiera. Pero cada vez que yo tenía exámenes me hacía la vida de a cuadritos. La cuestión que el 20 de diciembre de 2011 me recibí de martillera y corredora pública. Otra vez el 20 de diciembre en mi vida, como el del 2001. Su ambición y los proyectos lo alegraban, pero parecía como que el ego y el machismo estuvieran recibiendo un nock out. Se traducía en maltrato verbal y psicológico.
Empezamos a planificar la boda y un mes y medio antes de la fecha tuvimos una escena de violencia física. Me fui del departamento unos días, pero me pidió perdón y volví. Empezamos con un psicólogo de parejas, pero claro, me convenció de que sigamos adelante con la boda. Que no sigamos yendo al psicólogo. El 23 de febrero de 2012 (casualidades de la vida, la misma fecha de mi fiesta de 15), nos casamos. A mitad de año con la llegada de mi matrícula profesional abrimos otra oficina inmobiliaria. La idea era que cada uno tenga la suya y que no pasemos las 24hs del día juntos.
No quería que use mi nombre Leila Fittipaldi, sino que use su apellido, por motivos que comprenderán no diré el apellido de él.
En ese momento un amigo traía el coaching transformacional a Mar del Plata. Sabía que a mi me encantaba todo eso, me llamó para que lo haga con mi pareja, él no quiso saber nadaaa! yo ese fin de semana sentí como revivía esa Abba que siempre había tenido dentro y que por varios motivos le había bajado el volumen.
El primer día del entrenamiento fue la primera pelea. Yo llegaba a casa con toda la alegría y me encontraba con una cara de piedra, por no decir de culo. Termino el nivel inicial y estaba dispuesta a seguir con el avanzado y luego el liderazgo. Eso estaba en mi cabeza, en la de él era ya hiciste el inicial, ya! Basta. Me prohibió que haga el avanzado y para mí fue devastador. Si hasta altura me conoces un poco te imaginarás que el efecto fue totalmente contrario.
Aquellos meses fueron una guerra campal. Cuestión que sigo con el curso a pesar de su contraria, pero la tensión era cada vez peor. El 12 de septiembre me voy al fin de semana de liderazgo y él no me atendió el teléfono en todo el fin de semana… «¿Cómo su mujer se iba a ir a dormir fuera de su casa con otros hombres??» eso me decía. En el entrenamiento nos pedían que no tomemos decisiones importantes por al menos 30 días. Pero esa regla no la pude cumplir.. volví el domingo y el vacío que sentía en ese departamento era peor que su silencio.
En el camino habíamos vuelto a una psicóloga de pareja, (obvio que no iba a ser una coach, ya que para él coaching era el enemigo).
El detonante fue que en una de las tantas peleas de esos meses. Me empieza a decir que, antes de casarnos él se había tomado un café con mi papá y con quien me dio el apellido. Que ambos le habían dicho cosas horribles de mi mamá (si, ya había llegado al punto de querer alejarme también de mi familia). En ese momento quebró mi cabeza… un año y medio después me viene a decir eso??? para que había hecho eso?
Daniel Fittipaldi, quien me dio su apellido, siempre estuvo queriendo que le dé una oportunidad. No fue hasta que estuve aquí en México que tuve una conversación con él para conocer su historia. Siempre lo tuve en el facebook, me saludaba, gracias, algún que otro mensaje, muy frío de mi parte. Pero esa historia de mi ex me hacía mucho ruido, si era verdad era terrible y si era mentira era tanto peor!
Esa semana me animé a escribirle para preguntarle si se había reunido con mi marido, la respuesta fue contundente. «No, Lei, yo a él no lo vi nunca». En ese momento supe que esa relación estaba terminada. Ya no confiaba en él, como iba a creerle algo cuando había jugado con lo más sensible de mi historia? a raíz de eso empezamos la psicóloga, pero por más que quería agotar las posibilidades, nada parecía tener sentido. Ya no le creía!
Volviendo del liderazgo, a mi regreso a casa, esa semana no dormí. El lunes le dije que ya no lo amaba, y estuvimos varios días, me suplicaba que no me fuera, que íbamos a recuperar la relación. Aguanté hasta el jueves… Ese día me desperté 4 am, Él se despertó como a las 7 y le dije que me iba que no daba más. Cuestión que mientras armaba las cosas, me dice que se había tomado pastillas y se empieza a tambalear. Empecé a llamar a su familia, vinieron sus padres, les conté lo que estaba pasando, lo calmaron, lo acostaron y se fueron.
Me llama mamá para saber como estaba todo y me dice que me pasa a buscar con Ángel. Le dejo una nota que me voy a caminar. Me fui con lo que tenía puesto, sólo con mi bolsa. Llevé las pastillas por si acaso. Nos fuimos con mi mamá a visitar un centro de salud mental, no nos dieron cita pero conversó con nosotros 5 minutos un psiquiatra. Las miró y me dijo: Te están haciendo teatro, estas pastillas no tumban, levantan y a esta altura ni eso, porque están vencidas. En ese momento se me bajó la presión. ERA EL LÍMITE.
No volví, un par de días después fui a hablar con él para sacar mis cosas y me suplicó que no me llevara todo. Yo no quería pelear, fui al departamento con Angel y mamá, no me animaba a estar sola con él. Mamá y Ángel tampoco, igual para ese momento ya había cambiado llave.
Armé un bolso, le pedí que abriera la caja fuerte y que dividamos lo que teníamos. Él se quedó con el coche. Estábamos al revés en oficinas. Quedamos que a la semana siguiente cada uno volvería a su oficina y le dejaría limpia la oficina al otro.
Bueno, qué decirte, esa semana fue un caos. Pasó de decirme que se iba del país que le dé todo el dinero y que me dejaba todo. Que hable con un abogado, a los dos días me compró mi parte del auto y me trajo hasta la boleta del agua para repartir. En menos de una semana ya estábamos con abogados, escribanos y demás. El día que nos íbamos a reunir a repartir clientes y carpetas de trabajo, me encontré con otro caos. Me había borrado todas las bases de datos.
Había dejado inutilizadas todas las computadoras, un completo desastre. Para colmo vino a querer justificarse, lo saqué y le grité que no quería verlo nunca más en mi vida.
Pasé 4 días saltando de una casa a otra de amigos, hasta que hablé con un cliente para ver si me apoyaba con su departamento. Me dio 20 días gratis. Ese hombre fue un santo para mí. Luego ya si hicimos contrato y todo lo demás. Pude comprar un carrito modelo 96, no sería el 2005, pero la verdad que no me sentía cómoda caminando las 10 cuadras hasta el trabajo. De paso rondaba él por ahí todos los días.
Realmente tuve miedo. Gracias a Dios no pasó de algún mensaje incómodo y de verlo pasar con su coche. Él siempre culpó al coaching de secta, nunca tuvo lo que hay que tener para darse cuenta, cuánto la cagó, pero bueno.
De ahí empecé a vivir, me costó 20 días recuperar toda la información, los clientes, abrir nuevamente la oficina. Los dos colaboradores que teníamos primero se quedaban conmigo y luego, vaya a saber que oferta tuvieron que se fueron con él.
Armé un equipo nuevo, me reconstruí, una vez más resurgí de mis cenizas. Me enamoré de mi transformación y la de todos a mi alrededor. Empecé a aplicar esas herramientas a mi empresa, en menos de un año tenía dos oficinas en puntos claves de mi ciudad.
A la vez aportaba como staff en los procesos de transformación. Mi primer entrenador estaba listo para formarme como facilitadora de proceso, pero aquel amigo que me invitó al principio no le pareció. Había declarado un año sabático de la empresa de coaching, pero en cuanto se enteró, no corría mayo. Ya estaba de nuevo. Si, en el coaching como en todo también hay machismo.
Mientras todo pasó me formaba como coach ontológica en el 2015. Llegué a tener 9 colaboradores, cambiaba el carro cada 6 meses y en el camino. Fui a Baires por otra certificación como neurocoach, más ejecutiva. Me invitaron a ser entrenadora de otra organización a fin de 2016.
Ese año fue poderoso: 2da sucursal, estaba logrando lo que otras inmobiliarias les había costado 20 años. Digamos que Leila Fittipaldi Inversiones Inmobiliarias, estaba dentro del top ten, primer 0km. y logro mi sueño: vivir frente al mar.
En diciembre del 2016 se produce otro milagro. Recibo un mensaje, de mi hermano por parte de mi papá, algunos lo conocerán. Joaco me dice que quiere verme, yo encantada. Comenzamos poco a poco a vernos cada vez más.
Cuánto curso podía tomar on line lo hacía, en 2017 conozco gente de la embajada de Biia Lab que hablaban de un tal Jürgen. Iba a estar en Buenos Aires la semana siguiente, por primera vez no podía ir por falta de tiempo en vez de dinero.
Con el gusto amargo de no poder haber ido a Baires a ver a Jürgen, veo en sus redes un crucero de transformación 😱😍.
Sabía que tenía que estar ahí!!! Había muy poca información. Pero hice todo a mi alcance. Diciembre del 2017 estuve en el timón de tu vida. Jürgen Klaric, César Lozano, Diego Dreyfus, Gladys Ramos, Antonio Arreguín, Bárbara de La Rosa, Wendy Ramírez, woowww!. Conocí personas maravillosas: Monse, Zannia, Vivi, Paty, Ana, Alex, Toño, Albert, Octavio, Valeriano y flia, Janeth, Carlos, Mariana, Marianita, Marsel, Ramon.
Éramos muy pocos para lo que prometía el evento. Lo que fue un desastre financiero para muchos, para los que asistimos fue una bendición ya que cada evento pudimos aprovecharlo al máximo. Llegar a Cuba en medio de una conferencia del Doc. Lozano. Cenar con Jürgen y Vero en La Habana. Conversar en la piscina con Diego. Ni hablar de los paisajes: Jamaica, Islas Caiman, Cozumel.
De ahí era.
En abril comienzo en la empresa de coaching a dar la certificación de coaching, la materia de coaching organizacional. En mayo 2018 vuelvo con un amigo a México a un retiro con Diego Dreyfus. Regreso y a la semana estaba en Buenos Aires con Jürgen certificándome en neuroventas. El nombre Leila Fittipaldi empezaba a resonar. Logro comprar mi primer local.
Esos dos entrenamientos si mi administración hubiera sido excelente no debería haberlos hecho. Pero los agradezco, nuevamente crisis, se acaban los créditos de un día al otro. De ingresos de más de 10mil dólares se corta todo. Leila Fittipaldi Inversiones Inmobiliarias necesitaba de 3 a 4 ventas mensuales para seguir funcionando. De tener 10 a 15 ventas pasamos a 1 o 2 con suerte, todo empieza a desmoronarse.
Aún así sigo capacitándome, en julio hago Código Simbólico y antropología de las neuroventas, en Baires con Zohe Vinasco.
Me entreno en neuromarketing on line con Antonio Arreguín.
En agosto cierro el local que había comprado. reduzco todo lo que puedo, me vuelvo a preguntar ¿Quién es Leila Fittipaldi? ¿Qué quiero para mi vida? quería ese otro mundo, el de los viajes, el de la transformación, cuando estaba en la sala, o dando la formación me sentía plena, me sentía en propósito.
Leila Fittipaldi inversiones inmobiliarias empezaba su fin. Empezaba a apagarse la martillera y corredora y se encendía cada vez más la coach.
Tomo la decisión más drástica que podía tomar en ese momento. Irme por 3 meses a México a ver que pasaba. Capacitarme, vendí lo que podía. Mi hermano Iván disfrutó de una temporada frente al mar y el 23 de noviembre de 2018 partí a México. Dejé funcionando una oficina. Teóricamente Leila volvía el 19 de febrero. pero Leila Fittipaldi nunca volvió.
Llegué a CDMX a la certificación de Conferencista Exitoso de Jürgen. Esa semana fui también a una conferencia de Juan Diego Gómez, el sábado me fui a Querétaro al último taller de recodifica tu mente de Mauricio Benoist. Luego me fui a Monterrey, de ahí me fui al master speaker & influencer de Mauricio en Cancún.
Ya en enero empecé a dar conferencias para poder solventar mi viaje más cómoda. Me seguí capacitando con Mauricio Benoist. Volví con Jürgen Klaric a Cancún a Hazte rico por internet, para saber como importar de China. Viajé a Toluca al retiro Recodifica tu destino de Mauricio. Conocí a Ricardo Perret. Me entrené con Gladys Ramos en whatsapp, Me certifico con Mau en Recodifica tu mente.
Doy conferencias por varios lugares.
Llegando la fecha de partida, Mauricio me propone que nos asociemos. Y 4 días antes de viajar a Argentina a arreglar todo para volver, me pide que me quede con una frase que quedó en mi memoria para siempre:
Yo sé que es una locura lo que te voy a proponer, pero yo estoy loco y tú estás loca, así que hagamos locuras
Mauricio Benoist, a 4 días de viajar a Argentina.
Y así fue, el proyecto se modificó un par de veces, tampoco fue fácil estar a su lado, pero bendigo cada lágrima y cada día. De ahí para acá la historia de Leila Fittipaldi ya la conoces!
El salto cuántico estaba dado, y lo que me he capacitado en este año y medio también: Cris Urzúa, Alejandro Prado, Cesar Mormonstoy, Judith Catalá, Antonio G., Euge Oller, Carlos Muñoz, Vilma Núñez, Geni Ramos, Miquel Baixas, Grant Cardone, Russel Brandson, Jeff Walker, Hotmart, Javi Pastor, John Hanley, Alejandro Novas. Puff y montón más.
Los amigos y colegas que encontré en el camino.
y por sobre todo a mi equipo de trabajo: Tere Aguilar, Alejandra Proaño a los recién llegados Itzel Nieves y Andrés Cardona. Al equipo externo: Hack Momentum, los españoles que nos han cambiado los horarios y la perspectiva de crecimiento: Trini Mansilla, David Vera, Javier Parra, Marcos Sanchez y Erwin Jaeger quienes le dieron vida a todas las Leila Fittipaldi: Latoxy, Abba y Luna.
A todo el equipo de Mauricio Benoist, a los másteres, a los presidentes, a todos los que han hecho más ameno todo este camino.
Todo esto y más es Leila Fittipaldi, pero sobre todo es por y para todos y cada uno de los CUESTIONADORES!